Mentiras,mentiras,mentiras,mentiras.

¿Ves esas lindas margaritas?, si se ven tan perfectamente prefectas. Con su dulce olor, linda apariencia pero su estúpida melodía verdadera. Que verdaderamente no me convence de nada y me dan unas ganas de arrancarlas de su pequeñito terreno y decirles las mentiras que escucho a diario para que se acostumbren como yo a decirlas también.
Pero parecieran tener razonamiento las malditas margaritas. No me escuchar, hacen oídos sordos y siguen cantanto la verdad a los vientos que se encargan de masificarlas y dejar a la gente en un estado shock y depresión porque aunque no lo creas, nosotros, si nosotros los estúpidos humanos vivimos felices en una mierda de mentiras bellas y que suelen llamar mentiras piadosas para bajarle el perfil al gran caos que esto conlleva.
¡C A L L E N esas malditas voces que dicen la verdad, estoy acostumbrada a escuchar mentiras!.